Ser despedido nunca es fácil. Pero cuando ese despido no está justificado o no se ha realizado conforme a la ley, hablamos de un despido improcedente, y es importante saber cómo actuar para defender tus derechos laborales.
¿Qué es un despido improcedente?
El despido improcedente ocurre cuando la empresa no puede justificar de forma legal o suficiente la causa del despido, o cuando no cumple con los procedimientos legales establecidos para ello. Por ejemplo, si te despiden sin previo aviso ni carta de despido, o si la causa alegada no tiene sustento real, probablemente estés ante un despido improcedente.
¿Qué pasos seguir?
- Solicita la carta de despido por escrito Aunque te lo comuniquen verbalmente, exige la carta donde se detallen los motivos. Esto será clave si decides impugnarlo.
- Consulta tu finiquito El finiquito debe incluir el salario pendiente, vacaciones no disfrutadas y otros conceptos adeudados. Asegúrate de revisar los valores y no firmes “conforme” si no estás de acuerdo.
- Plazo para reclamar: 20 días hábiles Tienes un máximo de 20 días hábiles desde la fecha del despido para presentar una reclamación en el Juzgado de lo Social o una conciliación administrativa (según el país).
- Acude a un abogado laboralista Un profesional especializado puede ayudarte a preparar tu demanda, negociar con la empresa o representarte ante el tribunal.
- Intento de conciliación previa En muchos países, como España, es obligatorio un acto de conciliación previa antes del juicio. La empresa puede optar por readmitirte o indemnizarte.
¿Qué opciones tienes si el despido se declara improcedente?
- Readmisión en el puesto de trabajo, con abono de los salarios dejados de percibir desde el despido hasta la sentencia.
- Indemnización, que varía dependiendo del país y del tiempo trabajado (en España, por ejemplo, puede ser de 33 días de salario por año trabajado, con ciertos topes).
¿Y si el despido es nulo?
Si el despido vulnera derechos fundamentales (como despido por embarazo, afiliación sindical, etc.), puede ser declarado nulo, lo que implica la obligación de reincorporarte inmediatamente con el abono de los salarios desde la fecha del despido.
Ante un despido, actúa con rapidez y no firmes nada sin asesoría. Un despido improcedente no solo afecta tu estabilidad económica, sino que puede tener consecuencias emocionales importantes. Infórmate, asesórate y reclama lo que te corresponde por ley.

